miércoles, 28 de mayo de 2008


Entre vinos y otras drogas ayer tuve una fuerte conexión. No fue con una persona, ni tampoco conmigo misma, aunque de cierta manera lo haya sido. Tuve una conexión con la ciudad (mientras escribo, dudo de cómo se escribe conecciones, pero no es lo que importa, aunque de haberlo escrito mal, seguramente reciba alguna puteada).

Hace tiempo que no caminaba sola a altas horas de la noche por la ciudad, en silencio, reflexionando. Siempre voy enchufada al máximo con mi cuelgue del momento, ya sea alguna nueva banda que me hayan pasado, o la música que acompaña mi estado de ánimo. Por lo general camino y pienso, pienso, pienso y muchas veces aunque me cueste admitirlo, sueño... sí, soy una daydreamer. En fin esto no va al caso... ¿o sí? Cuando ando sola a altas horas de la noche por lo general voy en bondi y me dedico a mirar para afuera de la ventana o pensar alguna buena conversación que podría establecer con el solitario chofer que debe estar muerto de sueño. A veces me pregunto como estaría para hacer un submarino mano a mano con el chofer en el 582, total a esa hora nunca se sube nadie, siempre somos el chofer y dos personas más: algún viejo que va dormido y algún colgado de la vida que no sé de dónde vendrá. ¿Quién rechazaría la oferta de hacer un submarino en el 582? Aunque es medio complicado, tendría que armar una buena vela para que el bondi se llene de humo. (Claro ejemplo de mi "daydreamerismo").

Volviendo al caso, ayer prácticamente conseguí mantener la mente en blanco, y sin pensar mucho me dediqué a escuchar la ciudad. Escuhé el mar (jeje "mar" ...) y el ruido de los carteles. Escuché voces de gente escondida en recobecos o esquinas, los porteros que salen a fumar y conversan, el paso de los pobres caballos que tiran de los carritos, el silbido de algún plancha, ruidos extraños saliendo de una casa abandonda, pero lo que más llamó mi atención fue el sonido que emiten los carteles luminosos al cambiar de publicidad.

Nunca había escuchado el ruido que hacen. ¿Será que siempre voy tan colgada en mi mundo que no presto atención a lo que está a mi alrededor? No quiero caer en la cursilería mientras escribo esto y reflexiono sobre lo que me hizo sentir el fucking ruido de un simple cartel. Pero estuvo salado.

"Pa... son como dragones enojados. Están atrapados y quieren salir. Es un mundo paralelo del cual la gente no conoce su existencia. Estoy loca. Hay fantasmas caminando por la calle. Como estaría para que ahora pasara algo raro. O que alguien viniese y me dijese que piensa lo mismo, que cree lo mismo. Falta magia. ¡Sí! Acá faltan magia y colores."
(No tenía la mente tan en blanco ahora que me doy cuenta, pero se entiende lo que quiero decir... creo. DRIVE YOURSELF)

Mientras oía a esos dragones encerrados y enfurecidos me puse a pensar en que de vez en cuando hay que bajar. Bajar y escuchar lo que las cosas nos quieren decir... ¿o se piensan que los animales somos los únicos que decimos cosas? No, no. Están muy equivocados. Esos carteles (como 50 desde el punto de origen a destino), me hicieron pensar y cagar (de miedo obvio porque la gente no caga o por lo menos en este tipo de espacios no se le da mucha bola a la mierda).

Ya me fui al carajo y para variar perdí el hilo conductor de lo que quería decir. Por ende otro día voy a escribir algo mejor sobre los carteles luminosos que hacen ruidos de dragones salvajes y enfurecidos. O por lo menos tengo que expulsar de mi sistema de una buena manera lo que piré con los carteles, no sé, ya saldrá, no me voy a presionar más.
A veces acumulo tantas cosas que cuando quiero comunicar algo preciso se me hace un poco posible... espero que con esto de la retomación del blog pueda ordenar mi cerebro un poco mejor. Capaz sirve y capaz no... es cuestión de probar. Pero probar posta ya que tuve un intento fallido de hacerlo cuando creé el blog. Estaba super hiper mega copada de que me había quedado alucinante pero ahí quedó. Y eso que cuando arranco algo lo sigo. Bla bla bla bla me embolé.

lunes, 24 de septiembre de 2007

El Surrealistic Pillow (1967), es el segundo disco de Jefferson Airplane.
En él coexisten temas como White Rabbit, Embryonic Journey, Somebody To Love, Today, etc. Alucinante el hecho de que el gran Jerry García haya propuesto el nombre para el disco; según él sonaba como una pastilla surrealista...
(supongo que pillow que es almohada viene a ser un disimule para pill, no se tengo un bache con respecto a ese detalle capaz le decian pillow a las pastillas... qué se yo).
Me pareció algo lindo y apropiado hacerle un pequeño homenaje en el primer post, ya que el título de mi blog lleva el nombre de este gran disco.